En los últimos dos años, han salido al mercado unidades de CD-ROM capaces de grabar cualquier tipo de información digital en discos compactos vírgenes.

Existen dos tipos de dispositivos: Las grabadoras (CDR), que permiten grabar un CD virgen una sola vez (tras lo cual, se usaría sólo para escucharlo, como un disco compacto prensado en fábrica, pero no se podría grabar encima). Por su parte, las regrabadoras (CDRW), además de lo anterior, pueden usar unos discos vírgenes especiales para regrabación, en los cuales pueden grabar, borrar y grabar encima hasta unas 1.000 veces.

Aunque el precio era prohibitivo al principio, en la actualidad, se puede conseguir una grabadora por unas 60.000 pts, y una regrabadora por una cantidad prácticamente igual.

Los discos vírgenes, por su parte, han bajado a menos de 300 pts, en el caso de los grabables una sola vez, y unas 2.500 los regrabables.

Este sistema permite grabaciones de alta calidad a un coste muy bajo (se acerca al de una cinta cassette virgen. Sin embargo, estos sistemas sólo funcionan como parte de un sistema informático.

Hasta que Philips sacó al mercado un equipo independiente, con el tamaño adecuado para incluir como un componente más de una cadena de alta fidelidad, que, por unas 90.000 pts, funciona como grabadora y regrabadora, sin necesidad de usar un ordenador personal.

Aunque aún es muy caro en comparación con una pletina de cassette (a la que supera ampliamente en calidad de sonido), supongo que los precios bajaran en los próximos meses, hasta convertirlo en una opción interesante para cualquier aficionado.